sábado

Método para alcanzar la armonía

Ésta es una técnica de gestión basada en cinco principios:

  • Seiri: Organización. Separar innecesarios. Eliminar del espacio a usar lo que sea inútil.
  • Seiton: Orden. Situar necesarios. Organizar el espacio de forma eficaz.
  • Seiso: Limpieza. Suprimir suciedad. Mejorar el nivel de limpieza de los lugares.
  • Seiketsu: Estandarizar. Señalar anomalías. Prevenir la aparición de la suciedad y el desorden.
  • Shitzuke: Disciplina. Seguir mejorando. Fomentar los esfuerzos en este sentido.

Seiri: consiste en identificar y separar los materiales necesarios de los innecesarios y en desprenderse de estos últimos.
=> se desecha todo lo que se usa menos de una vez al año.
=> de lo que queda, se desecha todo aquello que se usa menos de una vez al mes.
=> de lo que queda, todo lo que se usa menos de una vez por semana se aparta no muy lejos.
=> lo que se usa menos de una vez por día se deja en el lugar de estar.
=> lo que se usa menos de una vez por hora queda en el lugar de estar al alcance de la mano.
=> y lo que se usa al menos una vez por hora se coloca directamente sobre el usuario.

Seiton: consiste en establecer el modo en que deben ubicarse e identificarse los materiales necesarios, de manera que sea fácil y rápido encontrarlos, utilizarlos y reponerlos. El punto es: un lugar para cada cosa, y cada cosa en su lugar. En esta etapa se pretende organizar el lugar de estar con el objeto de evitar tanto las pérdidas de tiempo y energía.
=> organizar racionalmente la sala de estar (proximidad, objetos pesados, fáciles de agarrar, o sobre un soporte, etc).
=> definir las reglas de ordenamiento.
=> hacer obvia la colocación de los objetos.
=> los objetos de uso frecuente deben estar cerca del usuario.
=> clasificar los objetos por orden de utilización.
=> estandarizar los puestos de trabajo.

Seisó: Una vez la zona de estar está despejada y ordenada, es mucho más fácil limpiarlo. Consiste en identificar y eliminar las fuentes de suciedad, asegurando que todos los medios se encuentren siempre en perfecto estado operativo.
=> limpiar, inspeccionar, detectar anomalías.
=> volver a dejar sistemáticamente en condiciones después de usar las cosas.
=> facilitar la limpieza y la inspección.
=> eliminar la anomalía en origen.

Seiketsu: Consiste en distinguir fácilmente una situación normal de otra anormal, mediante normas sencillas y visibles para todos. El orden y la limpieza deben manifestarse cada día; para lograr esto es importante crear estándares.
=> hacer evidentes las consignas.
=> favorecer una gestión visual ortodoxa.
=> estandarizar los métodos operatorios.
=> formar a los compañeros en los estándares.

Shitzuke: Consiste en trabajar permanentemente con las normas establecidas. Esta etapa contiene la calidad en la aplicación de esta técnica. Para mantener su eficacia, debe aplicarse con el rigor necesario. Es también una etapa de control riguroso de la aplicación del sistema: los motores de esta etapa son una comprobación contínua y fiable de la aplicación de la técnica y el apoyo de las personas implicadas.

Conclusiones: el resultado se mide tanto en productividad como en satisfacciones de las personas respecto al esfuerzo que han realizado para mejorar las condiciones de vida. La aplicación de ésta técnica tiene un impacto a largo plazo. Es necesario que en la organización exista un alto grado de disciplina. Podemos transportar esta práctica a otros ámbitos fuera de casa, como en el ámbito educativo, ya que permite la formación de hábitos de limpieza y orden entre alumnos, docentes y directivos de los centros escolares, por ejemplo, al mantener los salones de clase limpios y ordenados con lo necesario.

Bibliografía: Wikipedia; youtube.

jueves

Viviendo el día a día, un día a la vez (buen día)

Este mundo en constante cambio que no da respiro, está lleno de sorpresas. Unas halagan, otras aturden. Emerge así, la importante necesidad del entrenamiento de la voluntad; para resistir los golpes de la vida es fundamental el desarrollo de la voluntad. Hablo de fuerza de voluntad, ésa que se necesita para transitar por la vida cotidiana. La forma de la voluntad, la forma de la vida o de la realidad, no es más que el presente y no lo porvenir ni lo pasado, que no existen más que para la abstracción y por el encadenamiento de la consciencia; pues el pasado y el porvenir no encierran más que abstracciones y fantasmas del espíritu. El presente es esencialmente fugitivo.
El individuo, como cosa en sí, es la voluntad que se manifiesta en todas partes, y la muerte viene a disipar la ilusión que separa su consciencia de la consciencia universal. El hombre, por medio del conocimiento, aprende a conocer su carácter, no obstante, es su propia obra antes de todo conocimiento, y éste viene a unírse a él meramente para alumbrarlo, puesto que esto es así y no al revés, como se ha llegado a creer que cada hombre llega a ser lo que es a consecuencia de su conocimiento. Como fenómeno de la naturaleza, la voluntad en el hombre logra alcanzar la plena consciencia de sí. La consciencia es siempre intencional, siempre apunta o se dirige a objetos. Casi no podemos aprender con total certeza tal o cual supuesto de consciencia en sí misma, sino sólo la consciencia de esto o aquello. Objetos diferentes aparecen ante la consciencia como constitutivos de las diferentes esferas de la realidad. Cuando paso de una realidad a otra, experimento a causa de esa transición un especie de impacto, una impresión. Este impacto es causado por el desplazamiento de la atención que implica dicha transición. Este desplazamiento puede observarse con suma claridad al despertar de un sueño.
La vida cotidiana se presenta como una realidad interpretada por los hombres y que para ellos tiene el significado subjetivo de un mundo coherente. El mundo de la vida cotidiana no sólo se da por establecido como realidad por los miembros ordinarios de la sociedad en el comportamiento subjetivamente significativo de sus vidas; es un mundo que se origina en sus pensamientos y acciones y que está sustentado por ellos como real.
Para el propósito que nos ocupa este texto, debemos antes, aclarar los fundamentos del conocimiento en la vida cotidiana, a saber, las objetivaciones de los procesos subjetivos por medio de los cuales se construye la red social del sentido común.
Ahora bien, retomando lo comentado en el segundo párrafo, reconozco a mis semejantes con los que tengo que tratar en el curso de la vida cotidiana, como pertenecientes a una realidad muy diferente de las figuras que aparecen en mis sueños. Éstos provocan varias tensiones en nuestra consciencia y se le presta atención en diferentes grados. Descubro así, que mi consciencia es capaz de moverse en diferentes esferas de la realidad. Dicho de otro modo, tengo consciencia de que el mundo consiste en realidades múltiples indisociables entre sí.
Entre las múltiples realidades existe una que se presenta como la realidad por excelencia. Es la realidad de la vida cotidiana. La tensión de la consciencia llega a su apogeo en la vida cotidiana, es decir, ésta se impone sobre la consciencia de manera masiva, urgente e intensa en el más alto grado. Consecuentemente me veo obligado a prestarle atención en su totalidad; entonces, experimento la vida cotidiana en estado de plena vigilia. Este estado de plena vigilia constituye mi actitud natural.
Aprendo la realidad de la vida cotidiana como una realidad ordenada, que se presenta ya objetivada en objetos externos que estaban antes que yo apareciese en escena. De esta manera, el lenguaje usado en la vida cotidiana me proporciona contínuamente las objetivaciones indispensables y dispone el orden dentro del cual éstas adquieren sentido y la vida cotidiana tiene significado para mí en la sociedad y llena esa vida de objetos significativos.
La realidad de la vida cotidiana se organiza alrededor del aquí de mi cuerpo y el ahora de mi presente, como se dijo anteriormente. Este aquí y ahora es el foco donde centro la atención que presto a la realidad de la vida cotidiana. Sin embargo, la realidad de la vida cotidiana no sólo es marcada por estas presencias inmediatas, sino que también abarca fenómenos que no están presentes aquí y ahora. Esto significa que yo experimento la vida cotidiana en diferentes grados de alejamiento y proximidad (perspectiva), temporal y espacialmente. Lo más próximo es la zona de vida cotidiana directamente accesible a mi manipulación corporal; es el mundo que está a mi alcance, en el que actúo a fin de modificar su realidad. En este mundo de actividad, mi intención está determinada principalmente por lo que hice, por lo que hago o lo que pienso hacer en él. De este modo, es mi mundo por excelencia; aunque, por otro lado, soy consciente que hay zonas que resultan fáciles de acceder (el mundo incosciente). Típicamente, mi interés por ésas zonas lejanas es menos intenso y menos urgente.
La realidad de la vida cotidiana se me presenta además como un mundo intersubjetivo que comparto con otros. En realidad no se puede existir sin interactuar y comunicarse contínuamente con otros. Estoy sólo en mis sueños pero sé que el mundo de la vida cotidiana es tan real para los otros como lo es para mí. Sé que mi actitud natural para con este mundo corresponde a la actitud natural de otros que también aceptan las reglas que ordenan este mundo en torno aquí y ahora, de su estar y actuar en él; y que su perspectiva es distinta de la mía. Además, sé que hay una correspondencia contínua entre mis significados y sus significados de este mundo, que compartimos un sentido común de la realidad de éste. La actitud natural es la actitud de la consciencia del sentido común. El comocimiento del sentido común es el que comparto con otros en las rutinas actuales y auto-evidentes de la vida cotidiana.
Pues bien, repito que la vida cotidiana se da por establecida como la suprema y única realidad. No requiere verificaciones adicionales sobre su presencia. Esta ahí, sencillamente. Sé que es real; pero no todos los aspectos de ésta realidad son no problemáticos. La vida cotidiana se divide en sectores, unos que se aprenden por rutina, y otros que me presentan problemas a resolver de diversas clases. Así empiezo a incorporar conocimientos y habilidades nuevas que enriquecen mi realidad. En tanto las rutinas de la vida cotidiana prosigan sin interrupción, serán aprendidas como no problemáaticas; pero el sector no problemático de la realidad cotidiana sigue siéndolo sólamente hasta nuevo aviso, es decir, hasta que su continuidad sea interrumpida por un nuevo problema. Cuando esto ocurre, la realidad de la vida cotidiana busca integrar el sector problemático dentro de lo que ya no es problemático. Es la calidad del sentido común que contiene las diversas instrucciones para procesar esto.
La realidad social de la vida cotidiana es pues aprendida en un contínuo de tipificaciones que se vuelven progresivamente anónimas a medida que se alejan del aquí y ahora de la situación cara a cara. En un polo del contínuo están aquellos con quienes me trato a menudo e interactúo intensamente en situaciones cara a cara; y en el otro, hay abstracciones sumamente anónimas. Ahora bien, la estructura social es la suma total de estas tipificaciones. En ese carácter la estructura social es un elemento esencial de la realidad de la vida cotidiana.

lunes

¿Qué hace que las personas se muevan?

Quien resuelve esto, se gana un plus en la eternidad.

Todo está armoniosamente enlazado con un orden cósmico inquebrantable aunque modificable. Sucesos repentinos, imprevistos y aislados moldean y redirigen el desarrollo de las estructuras imperceptibles en el universo. Si los sucesos son imprevistos pero de alguna manera están programados para que ocurran, entonces, nada está librado al azar; podemos inferir así, que hay algo que manipula los acontecimientos que se suceden contínuamente unos detrás de otros. Cada árbol, cada ser, cada planta, los vientos, el agua, la tierra, forman el ecosistema de la vida siendo finito e ilimitado a la vez. Conciencia colectiva que actúa como un todo organizado; un ente aparte con vida propia. Todos somos hijos, creadores y recreadores del universo. Cada ser humano posee su propia conciencia arraigada en el ente colectivo, pero además es independiente y funciona autónomamente pero siempre dependiendo de los de su misma especie. El ser humano parece constituir un mundo aparte en sí mismo. A saber, la característica que lo distingue de las otras especies, es su pensamiento, su capacidad de racionalizar todo cuanto tiene a la vista y más allá. A lo largo del tiempo fue desarrollando sus teorías acerca del mundo en el que vive; sus dogmas constituyen su propia forma de vida. Aquí es donde toma conciencia de la realidad que le rodea. Crea su mundo a partir de sus pensamientos y creencias, modificándolo y siendo modificado en una dialéctica irreductible. No se puede separar de esta relación porque sin ella tampoco él existiría. -¿Qué hace que las personas se muevan?-(vuelvo a preguntar). Además de su raciocinio, su capacidad de sentir el mundo que le rodea, de percibir las emociones en base a su potencialidad, le confieren su singularidad. Algunos creen que el amor, o la capacidad de amar, es el motivo y el fin de la vida del hombre. Además de satisfacer sus necesidades básicas, nutrición, descanso, actividad; la utilidad o el sentido de la vida del hombre, quizás sólo se limite a la reproducción. La reproducción como principio y fin último de su corta vida ¿Será sólo eso? Sin embargo, la vida del humano es más complicada, toda ella se envuelve en un drama cotidiano. Dramas de amor, situaciones incómodas mediante, algunos se inclinan a investigar por qué las cosas son como son, de dónde venimos; otras se preocupan por bienes materiales, fama, dinero, poder; a otras personas simplemente les importa poco; y otras se dedican a amar y a sufrir por ello ¿Será el amor la fuente de todos los conflictos? Buscar pareja para reproducirse implica desarrollar una serie de emociones que superan todo tipo de límites. Envidia, celos, miedos; así como procesos y situaciones que comprometen y arriesgan la integridad del individuo. Pelear por la pareja, pelear por derechos propios, pelear por el conocimiento, en fin, una multiplicidad de variantes que causan diferentes consecuencias. -Como veo que aparecen más preguntas que respuestas, cambio de tema a ver si aparece algo nuevo después-
¿Existirá vida en otros planetas?(Esta es otra incógnita más difícil de responder todavía). Quién sabe. Creo que estamos solos en este universo aunque nos tenemos a nosotros mismos.
El conocimiento viaja a través del espacio, reproduciéndose infinitamente. Pienso, ¿Será posible que el ser humano haya ingresado a este planeta por medio de un meteorito como un germen, que luego de un tiempo floreció en lo que somos hoy? Posible es, verdad, no sé. Podría ser un virus venido a ser desde otro planeta, otro universo, otro tiempo. La realidad del ser humano es alienante y alienable por lo que permite pensar que quizás no sea de este planeta. Sus ansias de poder y autodestrucción en masa hace suponer que esconde cierta empatía hacia este determinado planeta y todas sus formas de vida; entonces es posible que realmente tuviera ganas de exterminarlo por completo dejando en el olvido todo el conocimiento que a través de los eones ha ido acumulando. Una especie de envidia cósmica -diría yo-; como si no quisiéramos que este pequeño mundo prosperase. La esperanza de vida aquí, se vuelve cada vez más sutil. La naturaleza de la que partimos, en un momento dado, nos enseña a destruir aquello de que somos parte. De dónde venimos, es una pregunta que todo ser humano se hace a sí mismo en algún momento de su corta vida. De la limitada duración de la vida y la conciencia de unidad de todos los seres vivos de este planeta, surge la noción de: el deber de hacer algo por ello, destruir lo que nos rodea una vez cumplido el objetivo de la vida, la reproducción, o en caso contrario, dejar un legado a la siguiente generación. Ese legado puede ser beneficioso o perjudicial, no obstante, tiene que estar. Históricamente el planeta está atravesando etapas de transformación. Siempre lo ha hecho. Nunca lo hubiese hecho solo, sin la intervención de estrellas, meteoritos, asteroides y fuerzas espaciales aún no comprendidas, el cambio no sería posible. El cambio es la única constante en este universo; de alguna manera siempre el mismo, de alguna manera no.
Somos polvo de estrellas contemplando la materia. El cosmos conociéndose a sí mismo. Contemplar es a lo máximo que puede aspirar el ser humano. Admirar la belleza del mundo, crearla y formar parte de él. De otro modo, queda sino destruir aquello que nos da la vida, es decir, restar en vez de sumar. Sumar hasta cierto límite. Todo depende de la visión cósmica paradigmática. En el avance hay progreso y en eso el tiempo, o el transcurrir del tiempo, es el eterno errante. No se lo puede superar y no debe extraviarse en él. Lo importante no es llegar, sino mantenerse. ¡Salud!