domingo

Mil yo (continuación)

Hoy no pude dormir; no es que padezca insomnio, simplemente no perdí la consciencia de estar despierto salvo en algún que otro momento. Si soñé o no no lo distingo; a veces siento que estoy acostado tratando de dormir, y en otras, sigo el transcurso de la vida cotidiana. No obstante, supongo todo como real, vivo mis sueños. Antes sí, trataba de discriminar una cosa de la otra, pero me hacía mucho drama, y pronto me dí cuenta que lo más sensato sería aceptar esta forma de vida. Peor es nada.
            Estaba anocheciendo, será por eso que no te reconocí en el instante en que te vi; yo justo salía de comprar unos víveres y pasaste delante de mí como una flecha, como huyendo de no sé qué, pero lo cierto es que tenías prisa. Logré darme cuenta que eras vos mientras te alejabas hacia el horizonte, caminando, con ese vaivén de cadera y tus hombros blancos reflejaban la luz de la luna. Decidí acompañarte sin que te dieras cuenta durante unos cuantos metros; no llevabas cartera ni bolso como sí lo hacen muchas mujeres  “productos” en serie, tan sólo un papel que me intrigó saber qué clase de contenido tenía. Tal vez esto que a continuación voy a decir te parezca una pavada, pero sentí el aroma sutil a lágrima, y supuse que algo te andaba pasando. Mis pies seguían discutiendo como es de costumbre, aunque apenas se los oía, como de lejos. No me animé a llamarte, ni a interrumpir tu proceso emocional; así que preferí seguir observándote. Pocas veces he hecho este tipo de cosas, las de espiar a las personas que transitan por la calle. El único detalle por el que haga que yo te siga a vos, es porque te conozco de antes y me interesa saber como estás. Esto, tratar de entender qué es lo que le está pasando a alguien a quien yo quiero mucho, es parecido a bucear hacia la oscuridad sin saber siquiera hacia dónde voy. Tal vez sea un acto de locura guiado por mi personalidad, pero no es más que un punto de vista. Yo no creo que preocuparse de los demás sea algo malo, aunque sí está mal visto por alguien ajeno a esta situación, un tercero: pongamos por caso el encargado del edificio que disimuladamente barre la calle y que ahora mira con atención mi sospechosa actitud. De pronto diste media vuelta; estaba en lo cierto, lagrimeabas. Cuando miraste para acá, sentí una vergüenza tremenda, tal es así, que los pensamientos me atravesaban como flechas: -¿qué le digo ahora? Este… estaba siguiéndote…quería hablar con vos…justo pasabas…se te calló un papel… ¿tenés hora? ¿Cómo estás tanto tiempo?- Comencé a transpirar. Dijera lo que dijera hubiese sido mejor si me acercaba directamente a hablar con vos. Vaya a saber, por esas cosas que suelen suceder, o no me viste, o me viste e hiciste como si no existiese. La cuestión es que tus ojos no se clavaron en mí. No sabés el alivio que me trajo; aunque hubiese preferido que fuera al revés.
            Ahora bien, empezaste a caminar como si te hubieras olvidado algo de donde venías y no se me ocurrió otra cosa que dirigirme hacia el cordón de la vereda y sacar mi celular del bolsillo para hacer de cuenta como si estuviera charlando con alguien, cosa que si te percatabas de mi presencia, de “casualidad” yo andaba por ahí paseando libremente por la ciudad. Sacaste unas llaves y entraste a tu casa. !!!¿¿¿Perdónnn, desde cuándo vivías ahí???¡¡¡ de repente ya no estabas.


      

      
Extenuada leyó: “voy a dejarte, pero no sé cómo decírteloSollozaba, no entendía el mensaje; su pulso se aceleró, le transpiraban las manos y se sentía ansiosa; prosiguió: “hubiese preferido decírtelo antes, pero no me animo, cuando te miro a los ojos siento una ternura que me impide lastimarte. Espero algún día me entiendas, sé que soy difícil de entender, pero confío en que lo harás. Chau, y por favor no me llames más”.
Se desplomó en el sillón, parecía desmayada, pero seguía despierta, estaba perdida, desahuciada. Volvió a leer la carta para comprobar lo que había leído; no podía creer que el amor de su vida se marchaba así sin más. Lloró desconsolada toda la noche. Afuera relampagueaba horrores y la lluvia empeoraba su soledad. Al día siguiente, un suave rayo de sol iluminaba su rostro, se dirigió hacia el baño y al ver rojos sus ojos hinchados, volvió a llorar de pura angustia. Decidió entonces, bañarse para ahogar sus penas. Al rato, un poco mejor y algo renovada, con su rostro a flor de piedra, fue hasta su cuarto, se arrodilló al lado de su cama y levantó una botella de whisky. –Esto me va a ayudar-. Creyó ilusa. Primero un sorbo, luego otro, y al último trago lo sostuvo con pasión de adolescente. De pronto sintió enormes ganas de hablar con alguien –no voy a molestar a mis hermanos con pavadas como éstas y menos ahora que están trabajando; a mi madre menos, siento mucha vergüenza-. Los compañeros del trabajo no iban a entender su situación, incluso podrían burlarse inocentemente, pero en ese estado, cualquier comentario era susceptible de dañarla aún más. Además no sentía una confianza suficiente como para contar cosas tan íntimas, y menos por teléfono. Estaba destruida, sola y abandonada; se vio en el espejo y sintió lástima por ella misma, se irritó, tiró el celular en la cama y se fue del cuarto maldiciendo el día en que se conocieron. Muchos de sus amigos, ya habían formalizado con sus parejas y estaban siempre tan ocupados con sus oficios, que era difícil encontrarlos; dejó mensajes en sus contestadores hasta que se hartó, y dijo: -claro, ahora que los necesito, no están, que se vayan a cagar, siempre me jugué por todos y ahora estoy sola-. Otro sorbo, y otro, hasta que, -ya sé- se dijo a sí misma en voz alta,    -la llamo a Mercedes-. Conversaron un largo rato, como es de esperar de las mujeres que sienten el tubo del teléfono como una prolongación de su brazo y no lo sueltan hasta charlar lo suficiente; quedaron en encontrarse.
            Ya en su casa, Mercedes se mostró muy atenta al relato de Patricia y compartía su dolor. Más tarde, cuando las olas se calmaron, Patricia se sintió relajada y percibió dentro suyo, que algo había cambiado. El asunto que antes le atormentaba, pasó a serle indiferente; una indiferencia que luego se transformó en entusiasmo, por la vida y por haber encontrado alguien en quien llorar. Anteriormente, tubo vagos presentimientos de que algo así podría pasar en relación con su pareja, pero nunca sospechó que fuera a hacerse realidad. Era como si el destino lo tuviera todo preparado y, cada vez que la idea de vivir sin su amor cruzaba su mente, huía desesperada refugiándose en lo bien que se sentía cuando estaba con él.
Mercedes exclamó:
-¡Olvidáte de este tipo! ¡Buscáte otro! ¡¿Cómo puede ser que él vaya muy campante por la vida pendiente sólo de sus emociones, y vos ahí tirada y abandonada por alguien que no vale la pena?! Si él no quiere estar con vos, bueno, entonces vos no tenés que estar con él, y no sientas culpa por eso-.
Patricia dubitativa, aunque no conforme, suspiró:
-Quizás tengas razón; es que lo quiero tanto…sé que no volverá…-
-Listo, no pienses más, hoy mismo salimos a divertirnos así te olvidás y te dejás de joder. Andá a saber, capaz que se enganchó con otra, una cualquiera...-
-No creo, me hubiese dado cuenta…pero bueno, creo que me va a hacer bien despejarme un poco.-
Sin perder un segundo, Mercedes sacó una tuca[1] de su bolso y la prendió.
-¡Epa! ¡No la tenía esa eh!.-
Se enderezó, su pecho se llenó de aire y con los brazos en jarra, con orgullo vociferó:
-¡Y sí! ¡¿Te pensás que soy una gila?! Nada ni nadie me puede negar vivir a pleno. Tomá relajáte un poco.-
-A ver…-




[1] Trozo de porro aún sin terminar de fumar.

2 comentarios:

  1. Yaktub, sigo tu blog porque la forma en que escribes, sientes y ves la vida me hace darme cuenta de muchas cosas. Como bien me dijiste, la verdad daña tanto al que la da como al que la recibe sin embargo no estoy muerta, acá sigo, cierto y verdad que no muy bien parada, pero con intenciones de seguir viviendo. En cuanto a ti, no estás muerto, pues el muerto no escribe con tanto sentimiento ni me hace sentirme identificada con sus escritos...

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  2. me encanta! es lo que me salió luego de leerte!
    seguí escribiendo así.. =)

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